HCG
A pesar de que la HCG no ofrece ninguna habilidad para mejorar el rendimiento o desempeño de las mujeres, demuestra ser muy útil para el usuario de esteroides masculino. Por supuesto, el uso obvio vendría siendo estimular la producción de testosterona endógena. La actividad de la HCG en el cuerpo del hombre se debe a la habilidad de dicho compuesto para imitar a la LH (hormona luteinizante), una hormona producida en la pituitaria que estimula las células de Leydig en los testículos para producir testosterona.
Restablecer la producción endógena de testosterona es una de las principales preocupaciones al final de cada ciclo de esteroides, ya que es un momento en el cual el nivel de andrógenos subnormal (debido a la supresión inducida por el uso de los esteroides) podría ser muy costoso en términos de pérdida de ganancias previas. La preocupación principal es la acción del cortisol, la cual, de muchas maneras, está compensada o equilibrada por el efecto de los andrógenos. El cortisol envía a los músculos el mensaje opuesto que la testosterona, es decir, degradar o descomponer la proteína contenida en las células. Si no se controlan sus niveles o efectos en el cuerpo (debido a un nivel sumamente bajo de testosterona), el cortisol puede rápidamente despojarnos de mucha de nuestra nueva masa muscular.
La idea principal con la HCG es restaurar la habilidad normal de los testículos para responder a la hormona luteinizante endógena. Después de un largo período de inactividad, esta habilidad puede haber sido tremendamente reducida. En ese caso, los niveles de testosterona pueden no alcanzar un punto normal, aunque la liberación de la LH endógena haya sido reanudada normalmente. Muchos quienes han sufrido un severo encogimiento testicular pueden relatar como en el caso en que no fueron usadas dichas drogas auxiliares a menudo fue necesario esperar algún tiempo antes que los testículos retornaran a su tamaño normal y se restauraran las sensaciones de virilidad. El gran estímulo otorgado por la administración de HCG puede causar que los testículos retornen rápidamente a su tamaño y nivel de actividad normales. Sin embargo, nosotros no estamos simplemente buscando este compuesto para arreglar el problema, ya que los altos niveles de testosterona resultantes de su uso pueden disparar por si mismos una respuesta negativa de inhibición en el hipotálamo (denominado comúnmente “efecto rebote”).
Con el uso de la HCG también se aumenta la producción de estrógenos, debido a su habilidad para aumentar la actividad de la aromatasa en las células de Leydig (la enzima aromatasa convierte a los andrógenos en estrógenos). Esto es debido a la acción principal de la HCG, el aumento del AMP cíclico (un mensajero secundario que regula la actividad celular). Cuando es estimulada por la HCG, la habilidad de los testículos para aromatizar los andrógenos (acción de la enzima “aromatasa”) podría potencialmente ser elevada varias veces más de lo normal. Esto también puede inhibir la producción de testosterona, por consiguiente deberíamos usar la HCG solamente como un choque rápido y breve a los testículos.
Con la idea fundamental de “reactivar la actividad testicular”, después del “letargo” ocasionado por un ciclo de EAAs, el protocolo usual es inyectar 1500 – 3000 UI cada 4 o 5 días, por un periodo no mayor que 2 o 3 semanas. Si la droga es usada por mucho tiempo o en altas dosis puede realmente causar una desensibilización a la hormona luteinizante en células del Leydig de los testículos, más aun impidiendo un retorno a la homeostasis.
Acción de la HCG en el eje hormonal: Cronometrar la dosis inicial también es muy importante. Decidir el protocolo a seguir con la HCG es sumamente delicado. El eje hipotalámico (específicamente el hipotálamo) detecta los niveles de testosterona en la sangre. Si el nivel detectado es suficiente, la pituitaria (como parte del eje hormonal) no segregará la hormona LH encargada de activar el funcionamiento de las células de Leydig en los testículos. Por este proceso de regulación natural, al usar EAAs se inhibe el funcionamiento del eje: el hipotálamo detecta durante el ciclo “suficiente” testosterona en la sangre y la pituitaria deja de segregar la LH activadora de las células de Leydig. La HCG es una hormona que es detectada como si fuera la hormona luteinizante o LH. Por lo tanto su acción impacta DIRECTAMENTE la actividad testicular pero no contribuye con la restitución de las “operaciones del eje hormonal” en sí.